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¿Simular humanidad o ser transparente?

El dilema de los bots en la atención comercial

En los últimos años, los bots se convirtieron en protagonistas de la comunicación entre marcas y potenciales clientes. Responden consultas, ofrecen información sobre productos o servicios, califican leads y acompañan procesos de decisión. A veces, lo hacen tan bien que cuesta distinguir si del otro lado hay una persona o una inteligencia artificial.

Pero esto abre una pregunta clave para quienes diseñamos estrategias de marketing y ventas:¿Conviene programar un bot para que parezca humano o es mejor dejar claro que se trata de un bot? Te ayudo a pensarlo:

Opción 1: El bot “camuflado” como humano
Programar un bot para que imite el lenguaje, los tiempos de respuesta y hasta las emociones de una persona puede parecer una buena estrategia. De hecho, algunos estudios muestran que los usuarios confían más cuando sienten que están hablando
con alguien real. Sin embargo, este enfoque tiene un riesgo: la decepción. Cuando el usuario descubre que ese “asesor comercial simpático” no era humano, la sensación de engaño puede erosionar la confianza y dañar la percepción de la marca.

Opción 2: Ser transparentes y combinar tecnología con empatía
La otra opción —y la que personalmente defiendo— es ser transparentes. Decirle al usuario que está interactuando con un bot, explicarle qué puede (y qué no puede) hacer, y ofrecer la posibilidad de hablar con una persona del equipo comercial cuando
la situación lo requiera.

Desde Mun Marketing creemos que la transparencia también es una forma de empatía. Las marcas que comunican con honestidad construyen vínculos más sólidos y duraderos. Además, cuando el usuario sabe que habla con un bot, ajusta sus expectativas y valora mucho más la intervención humana cuando esta llega.

¿Por qué creemos que la opción 2 es la adecuada?

1. Fortalece la confianza: las personas prefieren marcas honestas antes que marcas que “fingen cercanía”.
2. Optimiza recursos: el bot se encarga de lo operativo y el equipo humano interviene donde realmente aporta valor comercial.
3. Mejora la experiencia de contacto: el usuario se siente acompañado, no manipulado.
4. Alinea el discurso de marca: si una marca dice ser auténtica y transparente, sus canales también deben reflejarlo.

La tecnología puede ser cálida si se la diseña con propósito. El desafío no es esconder la automatización, sino integrarla con humanidad y coherencia dentro de la experiencia comercial.

💬 Para pensar
¿Queremos que nuestros potenciales clientes crean que hablan con una persona, o preferimos que sientan que nuestra marca los respeta y acompaña, incluso desde la tecnología?

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